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Luis Hernández Cruz es, sin duda, uno de los grandes artistas de este país. Su robusta carrera e inventario de obras lo colocan en un sitial admirable. Sin temor, ha embestido con fuerza creadora diversos medios y se ha reinventado, a su antojo, una y otra vez siempre con la abstracción como hilo conductor.

Por María Cristina Moreno Villarreal, 2019

Prolific and in constant flux, his corpus can, perhaps, be best distinguished by its earnest striving for artistic truth – Hernández Cruz’s insistent voice in the wilderness of creativity. Endlessly reenvisioning reality and flouting convention, his work is change; paradox; intrepid, brave and fearless.

By Juliet Austin, 2013

Brings together two types of painting: geometrical abstractions in which the human figure is visible through lattices of intense color, as well as entirely abstract works, in which squares and rectangles resembling pixels or mosaic pieces dominate the paintings’ structure.  

By Mercedes Trelles Hernández, PhD, 2012

El mejor ejemplo de cómo ser un gran artista nos lo da el hombre a quien hoy honra la Escuela de Artes Plásticas con un muy merecido Doctorado Honoris Causa: Luis Hernández Cruz. Él ha sido pintor, escultor y grabador por casi cincuenta años.

Por Mercedes Trelles Hernández, PhD, 2009

Luis Hernández Cruz is an essential figure in the development of Puerto Rican art in the second half of the twentieth century. Although he was not the first to introduce abstraction into Puerto Rican art, he has cultivated the form more assiduously than any other artist.

By Mercedes Trelles Hernández, PhD, 2003

Por Marianne de Tolentino, 1991

La crítica e historiadora francesa, radicada en la República Dominicana, Marianne de Tolentino, comenta sobre la vida del pintor y grabador de cuño abstracto: “Si el pintor comunicaba a sus serigrafías el goce y la plenitud del color, el artista gráfico enriquecía sus pinturas a base de exploraciones estructurales y sígnicas”. 

Volviendo a las coordenadas que sostienen el arte abstracto, o sea la creación de un campo autónomo de fuerzas, y la necesidad de dar sentido a dichas fuerzas mediante sensibilidad e imaginación, creo que la obra abstracta de Hernández Cruz, algunos de cuyos ejemplos ilustran esta nota, las reconoce y aplica con verdadero acierto.

Por Marta Traba, 1971